Aunque ahí no es accesible para ellos, son los dueños por derecho.

 



Imagina estar rodeado de agua, morir de sed y no poderla beber. ¿Suena a tortura cierto?, pues por más que suene a tortura es también una realidad en muchos diferentes lugares de este mundo y uno de estos es el estado de Chiapas ubicado al sur de México.

Aquí el día a día de la clase baja, conformada en su mayoría por indígenas nativos de la región, no incluye agua, al menos no con las condiciones salubres mínimas para que esta no sea mortal. La falta de higiene y la ingestión de alimentos contaminados, sin lavar, provocan enfermedades gastrointestinales llegan a ser tan severas que han pasado a constituir la principal causa de muerte entre grupos frágiles como lo son los niños y los ancianos.

Podrá sonar algo extraño que un lugar tan bien ubicado en cuanto al agua, pero aun así la clase baja de la región carece de agua potable, entubada etc., aquí hay algunos datos: Un 25,9% de la población chiapaneca no dispone de agua entubada junto con la falta de drenaje.


“Toman todas las riquezas, explotan a la gente, y terminan con lo que un día fue una civilización sustentable y autónoma, transformándola a cenizas y dejando tras de si solo su particular y pestilente marca”